jueves, 11 de septiembre de 2008

Reflexiones al paso

Hay dos temas a los que me quisiera referir brevemente, uno es de la utilización de la bicicleta como medio para desplazarse en la ciudad y el otro el de las monedas para abonar el viaje en colectivo.

Vamos al primero, cuando se trata el tema del congestionamiento del tránsito vehicular en la ciudad siempre aparece la referencia a la conveniencia de la utilización de la bicicleta como una, entre otras, de las posibles soluciones al mismo, ahora bien.... vieron que en el centro cobran casi lo mismo el estacionamiento, por hora o estadía, ya sea de un automóvil, una motocicleta o una bicicleta, llamativo no!

El segundo, cuando hay que viajar en colectivo aparece un primer inconveniente, el de las monedas, ellas resultan elementos preciosos, raros y difíciles de obtener, una vez conseguidas y ya sobre el vehículo aparece el segundo inconveniente, "embocarlas" en el lugar correspondiente mientras se mantiene un precario equilibrio, luego tomar el boleto y si lo hay el vuelto, realmente hay que hacer malabares, los cuales no resultan muy fácil de realizar para embarazadas, madres con sus chicos en brazos, ancianos, personas con movilidad reducida, etc. No sería más sencillo adoptar el sistema, como el que se utiliza en otras ciudades, de vender los pasajes (tarjetas) en negocios, puestos de venta de diarios, quioscos, etc., equipando los colectivos con un equipo lector que los reconozca, estos pasajes serían válidos para todos los medios de transporte urbano (ómnibus, subterráneo, ferrocarril) y los habría de distintos costos de acuerdo a la cantidad de viajes acreditados.

Carlos Vicente Ruá
11 de septiembre de 2008

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