domingo, 3 de agosto de 2008

Caminando por Buenos Aires (continuación)

Otro de los "no se qué" que tienen las callesitas de Buenos Aires es el estado de las veredas, las baldosas están desparejas, hundidas, sueltas, sobre salen las raíces de los árboles, los días de lluvia el agua se acumula debajo de las baldosas flojas y al pisarlas se producen salpicaduras desagradables, a esto hay que sumarle la suciedad, suciedad que producimos todos nosotros con nuestra falta de higiene, tiramos papeles, bolsas, botellas, etc, todo directamente sobre la vereda o la calle, nos resulta incómodo depositar la basura en los recipientes destinados a tal fin.
No todo es culpa de los encargados de administrar la ciudad, la ciudadanía en general presta muy poca colaboración. Toda esa basura se va acumulando en las bocas de tormenta hasta obturarlas parcial o totalmente, ocasionando anegamientos los días de lluvia, no podemos negar que cada uno de nosotros tenemos en, menor o mayor medida, una cuota de responsabilidad en lo que nos ocurre, nos acordamos mucho de nuestros derechos, pero de nuestras obligaciones que?
Por otra parte se observa que en muchos barrios de la ciudad se están renovando las veredas, pero que mal hechas, la desprolijidad salta a la vista, así como un buen edificio requiere de buenos cimientos, una buena vereda requiere de un buen contrapiso y realmente....., durante su construcción la regla y el nivel brillan por su ausencia, en nuestra Avda. Boedo hará dos meses que las han terminado y ya hay baldosas flojas, comienzan a advertirse roturas, no hay un control de calidad, alguien que mire, que se haga responsable de lo realizado, hay que tener en cuenta que la obra pública se paga con dineros públicos o sea con nuestros impuestos, quién firma el final de obra y luego controla la evolución de la misma a lo largo del tiempo o todo da lo mismo como en "Cambalache".

Carlos Vicente Ruá
03 de agosto de 2008.